La toxoplasmosis es una enfermedad causada por el protozoo Toxoplasma gondii. La infección se puede contraer al entrar en contacto con el excremento de un gato (u otro felino), al ingerir alimentos crudos o mal cocidos, o al tomar agua contaminada.
La toxoplasmosis y la infección por toxoplasma son dos términos distintos.
Las mujeres embarazas requieren de cuidados especiales con el fin de evitar malformaciones en el feto. Dichas malformaciones tienden a ser más graves al presentarse la infección en el primer trimestre de gestación. La Toxoplasmosis también puede producir la muerte intrauterina del feto.
Los síntomas de la toxoplasmosis son mínimos o nulos, y suelen pasar inadvertidos al confundirse con los de la Influenza: dolor de cabeza, fiebre, fatiga, adenopatías, dolor generalizado. Las personas con sistemas inmunes debilitados suelen presentar síntomas graves, como encefalitis, confusión, dolores de cabeza, desorientación, cambios de la personalidad y temblor.
La toxoplasmosis se diagnostica a través de una prueba de sangre específica, una tomografía computarizada o una resonancia magnética. La infección se trata con una combinación de Pirimetamina y Sulfadiazina, dos medicamentos capaces de cruzar la barrera hematoencefálica (sangre-cerebro).
Otras IO producidas por parásitos son: Criptosporidiosis y Giardiasis.
INFECCIONES OPORTUNISTAS PRODUCIDAS POR VIRUS
El CMV es un virus común que infecta a la mayoría de las personas en algún momento en sus vidas, pero que raramente causa una enfermedad obvia. Es un miembro de la familia del virus del herpes. Otros miembros de la familia del virus del herpes producen la varicela, la mononucleosis infecciosa, ampollas de fiebre (herpes I) y el herpes genital (herpes II).
Las personas con un sistema inmunitario debilitado que adquieren CMV pueden tener síntomas más graves que afectan los ojos, los pulmones, el hígado, el esófago, el estómago y los intestinos. Los bebés que nacen con CMV pueden tener problemas en el cerebro, el hígado, el bazo y los pulmones, así como problemas de crecimiento. La pérdida auditiva es el problema de salud más común en los infantes nacidos con infección congénita por el CMV.
El CMV es transmisible a través de los líquidos corporales como la saliva, la orina, la sangre, las lágrimas, el semen y la leche materna.
Existe medicación disponibles en el mercado para tratar las infecciones por CMV en personas con el sistema inmunitario debilitado, así como en bebés que muestren signos de
CMV congénito.
Otras IO producidas por virus son: Herpes Simple y Herpes Zóster.
INFECCIONES OPORTUNISTAS PRODUCIDAS POR BACTERIAS
TUBERCULOSIS (TB)
La tuberculosis (TB) es una infección bacteriana causada por el gérmen Mycobacterium tuberculosis, una bacteria aerobia descrita por primera vez en 1882 por el médico y microbiólogo alemán, Robert Koch, considerado el fundador de la bacteriología.
Mycobacterium tuberculosis frecuentemente afecta los pulmones y es transmisible de persona a persona a través del aire en forma de bacilos.
Al igual que otras infecciones bacterianas, la TB es curable y se puede prevenir.
La TB es, posiblemente, la enfermedad infecciosa más prevalente del mundo, y se diagnostica a través de una prueba seriada de muestras de esputo. Una radiografía de tórax es esencial en el diagnóstico de la enfermedad.
Otra IO producida por una bacteria es: Complejo Micobacterium Avium (CMA).
INFECCIONES OPORTUNISTAS PRODUCIDAS POR HONGOS
CANDIDIASIS
La candidiasis es la infección provocada por un tipo de hongo conocido como cándida y puede afectar a distintas partes del cuerpo. Los síntomas varían dependiendo de la localización.
Técnicamente, también se le conoce con los nombres de: candidosis, moniliasis y oidiomicosis.
La candidiasis comprende infecciones que van desde las superficiales hasta las potencialmente mortales, las cuales afectan a personas inmunocomprometidas en la mayoría de los casos.
Ardor, enrojecimiento y malestar son los principales síntomas de la infección. Para diagnosticarla es necesario tomar un cultivo que debe ser examinado a nivel de laboratorio. Los medicamentos frecuentemente utilizados para tratar la candidiasis pertenecen a la familia de los azoles (Fluconazol, Ketoconazol, entre otros).